En sentimientos de amor y de corazón agradecido, recibimos este nuevo día que nos regalas. Gracias por el don de la vida, por este descanso que nos ayuda a tomar fuerzas para emprender nuevos caminos, llenos de sentimientos de servicio y entrega a nuestros hermanos. Sigue caminando con nosotros y mostrándonos el sendero de tu amor para cumplir la voluntad del Padre celestial y sobre todo seguir tus huellas de maestro, de guía y de hermano mayor. Sabemos que todo lo que emprendemos, Señor, implica sacrificio entrega y disponibilidad porque tú tuviste que pasar por estas pruebas y sufrimientos. Que tu Espíritu nos ayude a vencer todos los obstáculos y nos llene de fortaleza, pero ante todo que permanezcamos cerca de Ti. A ejemplo de Carlos Lwanga y compañeros mártires seamos verdaderos discípulos fortalecidos en amor de servicio. Ayúdanos para que nuestros sentimientos sean de entrega y disponibilidad y confiadamente todo lo realicemos para glorificarte. Amén.
Buen lunes de descanso bendecidos en el amor del Señor. Tengamos en cuenta las palabras del Señor: «En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo». Los abrazo y los bendigo.
Meditación del Papa Francisco
No se puede ser cristiano, sin trabajar continuamente para ser justos. Una cosa que nos ayudaría mucho sería preguntarnos si ¿creo o no creo? Si creo un poco y un poco no. ¿Soy un poco mundano y un poco creyente?
Sin fe no se puede seguir adelante, no se puede defender la salvación de Jesús. Necesitamos el escudo de la fe, porque el diablo no nos lanza flores sino flechas en llamas para matarnos. Hay que tomar el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. Los invito a rezar constantemente, a velar con oraciones y súplicas.
La vida es una milicia. La vida cristiana es una lucha, una lucha bellísima, porque cuando el Señor vence en cada paso de nuestra vida, nos da una alegría, una felicidad grande: esa alegría porque el Señor ha vencido en nosotros, con la gratuidad de su salvación. Pero sí, todos somos un poco vagos en la lucha y nos dejamos llevar adelante por las pasiones, por algunas tentaciones. Es porque somos pecadores, ¡todos! Pero no se desanimen. Valentía y fuerza, porque el Señor está con nosotros. (Cf. Homilía de S.S. Francisco, 30 de octubre de 2014, en Santa Marta)