ALGUNAS CELEBRACIONES RELIGIOSAS - AGOSTO 2025

La transfiguración del señor – agosto 6

Fiesta en la que se conmemora que nuestro Señor mostró su gloria a tres de sus apóstoles en el monte Tabor. Narra el santo Evangelio (Lc. 9, Mc. 6, Mt. 10) que unas semanas antes de su Pasión y Muerte, subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a sus tres discípulos predilectos, Pedro, Santiago y Juan. Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró. Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve,y su rostro más resplandeciente que el sol. Y se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con El acerca de lo que le iba a suceder próximamente en Jerusalén.
Pedro, muy emocionado exclamó: -Señor, si te parece, hacemos aquí tres campamentos, uno para Ti, otro para Moisés y otro para Elías.
Pero en seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo".
Asunción de la santísima Virgen María – agosto 15
La fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María, se celebra en toda la Iglesia el 15 de agosto. Esta fiesta tiene un doble objetivo: La feliz partida de María de esta vida y la asunción de su cuerpo al cielo.

“En esta solemnidad de la Asunción contemplamos a María: ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe a su Hijo; no perder nunca la amistad con él, sino dejarnos iluminar y guiar por su Palabra; seguirlo cada día, incluso en los momentos en que sentimos que nuestras cruces resultan pesadas. María, el arca de la alianza que está en el santuario del cielo, nos indica con claridad luminosa que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios”. Homilía de Benedicto XVI (2010)
San Roque – agosto 16
San Roque es el santo patrono de los enfermos y de las mascotas, y su festividad se conmemora cada 16 de agosto. De acuerdo a la tradición religiosa, el compromiso con los más humildes fue su rasgo distintivo, en especial con quienes habían contraído la peste en el siglo XVI.

Cuentan que en el año 1500 se enfermó en Montpellier (Francia) y logró una milagrosa sanación en una época en la que no existían remedios ni medicinas adecuadas para ello.
En la estampita que lo representa, se lo ve con lesiones en su pierna derecha y acompañado de un perro, que lleva un bollo de pan en su hocico y se lo ofrece al santo.
Según la tradición, ese perro le robaba pan a su dueño y se lo llevaba a San Roque para que comiera en los años en los que estaba excluido por la peste. Por eso es que se lo considera patrono de los enfermos y de las mascotas.
Hay versiones que destacan que todos los días el perro lamía las úlceras del cuerpo de San Roque, quien había contraído la peste tras oficiar como voluntario para la atención de otros enfermos en el hospital Aquadependente.
Existe un dicho popular que perdura y que vincula al santo con el mejor amigo del ser humano. “¡San Roque, San Roque! ¡Que este perro no me mire ni me toque!”, reza el refrán, que se hizo masivo durante una epidemia de rabia, y se la pronunciaba para invocar la protección del santo.
La santísima Virgen María, Reina – agosto 22
“La devoción popular invoca a María como Reina. El Concilio, después de recordar la asunción de la Virgen «en cuerpo y alma a la gloria del cielo», explica que fue «elevada (...) por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores (cf. Ap 19, 16) y vencedor del pecado y de la muerte» (Lumen gentium, 59)”. Estas fueron las palabras con las que San Juan Pablo II recordaba el sentido de esta celebración en 1997.

El martirio de San Juan Bautista – agosto 29
La celebración de la fiesta del martirio de San Juan Bautista, que en la Iglesia Latina tiene orígenes antiguas (en Francia en el siglo V, y en Roma en el siglo VI), está vinculada a la dedicación de la Iglesia construida en Sebaste en la Samaria, en el supuesto túmulo del Precursor de Cristo.

La fiesta aparece ya en la fecha del 29 de agosto en los sacramentarios romanos, y conforme el Martirólogo Romano esa fecha correspondería a la segunda vez que encontrarán la cabeza de San Juan bautista, transportada a Roma.
Tenemos sobre San Juan Bautista las narraciones de los Evangelios, en particular de Lucas, que en ellos habla de su nacimiento, de la vida en el desierto, de su predicación, y de Marcos que nos refiere a su muerte.
Por el Evangelio y por la tradición podemos reconstruir la vida del precursor, cuya palabra de fuego parece en la verdad con el espíritu de Elías. Negó categóricamente ser el Mesías esperado, afirmando la superioridad de Jesús, que apuntó a sus seguidores por ocasión del bautismo en las orillas del Rio Jordán.
Su figura perece irse deshaciendo, a la medida que va surgiendo "el más fuerte", Jesús. Todavía, "el mayor de entre los profetas" no cesó de hacer oír su voz donde fuese necesaria para concertar los sinuosos caminos del mal. Reprobó públicamente el comportamiento pecaminoso de Herodes Antipas y de la cuñada Herodíades, más la previsible susceptibilidad de él le costó la dura prisión en Maqueronte, en la orilla oriental del Mar Muerto.
Por ocasión de la fiesta celebrada en Maqueronte, la hija de Herodíades, Salomé, habiendo dado verdadero show de agilidad en la danza, entusiasmó a Herodes. Como premio pidió, por instigación de la madre, la cabeza de San Juan Bautista. Ultimo profeta y primer apóstol, dio la vida por su misión y por eso es venerado en la Iglesia como mártir.